Los miedos son emociones que nos alertan sobre la existencia de posibles peligros, y, en este sentido, son útiles para la vida. Sin embargo, también pueden limitar nuestra capacidad de disfrutar, de desarrollarnos y de alcanzar nuestros objetivos.
Hoy vamos a explorar qué son los miedos, cómo se originan, qué efectos tienen en nuestra vida y cómo podemos afrontarlos.
¿Qué son los miedos?
El miedo es una respuesta adaptativa que nos ayuda a sobrevivir ante situaciones que ponen en riesgo nuestra integridad física o psicológica. De este modo, el miedo activa nuestro sistema nervioso y nos prepara para luchar, huir o quedarnos paralizados, según sea la mejor opción.
El miedo también tiene una función social, ya que nos permite reconocer las normas y las expectativas de nuestro entorno y evitar el rechazo o el castigo.
Sin embargo, el miedo puede convertirse en un problema cuando es excesivo, irracional o desproporcionado a la realidad. En estos casos, el miedo nos impide actuar con normalidad, nos genera ansiedad, estrés o angustia y nos hace perder oportunidades de crecimiento personal y profesional. Algunos ejemplos de miedos irracionales y extremos son las fobias, el pánico o el trastorno de ansiedad generalizada.
¿Cómo se originan los miedos?
Los miedos pueden tener diferentes orígenes. Algunos de ellos pueden ser:
- Lo vivido: cuando hemos vivido una situación traumática que nos ha causado un gran impacto es probable que quede una marca emocional y que nos incline a ser más miedosos ante situaciones similares.
- El aprendizaje: cuando hemos observado a otras personas mostrar miedo ante determinadas situaciones. Estas vivencias también dejan huellas en nosotros y pueden transformarse en miedos.
- Los mensajes que hemos recibido: cuando hemos recibido advertencias sobre los posibles riesgos respecto a ciertas situaciones. Por ejemplo, si nos han inculcado que hacer algo es muy peligroso y que es mejor no intentarlo.
- La imaginación: cuando nos anticipamos mentalmente e imaginamos escenarios catastróficos que podrían ocurrir.
¿Qué efectos tienen los miedos?
Los miedos pueden tener efectos negativos tanto a nivel físico como psicológico y social. Algunos de ellos son:
- Alteraciones fisiológicas: los miedos nos pueden causar taquicardia, sudoración, temblores, náuseas, mareos, etc.
- Pensamientos negativos: cuando estamos atemorizados nuestros pensamientos se disparan de un modo negativo. Se tiende a hacer una sobrevaloración del peligro, una infravaloración de los recursos propios y una anticipación de fracaso. Proceso que a su vez aumentan nuestros miedos.
- Conductas de evitación: es habitual que frente a lo que nos atemoriza tengamos conductas de evitación, como huir, esconderse, rechazar o postergar las situaciones que generan miedo. De este modo, se achica el campo de nuestra experiencia, ya que por evitar lo que nos asusta evitamos grandes oportunidades y aspectos de la vida.
- Emociones desagradables: el miedo suele ir acompañado de otras emociones desagradables como ansiedad, angustia, tristeza, culpa, vergüenza, etc. Esto genera un estado de malestar interior.
- Deterioro del rendimiento: el miedo, especialmente si es frecuente o constante, deteriora y paraliza muchos aspectos de nuestras facultades mentales. Puede causar dificultad para concentrarse, tomar decisiones, resolver problemas, etc.
- Aislamiento social: en general, el miedo lleva a un achicamiento de la vida. Una persona temerosa y asustadiza se va aislando, ya que prefiere no exponerse a situaciones que la inquietan. Como consecuencia puede haber reducción de las relaciones interpersonales, pérdida de apoyo social y sentimiento de soledad.
¿Cómo podemos afrontar los miedos?
Para superar los miedos es necesario un proceso de cambio que implica:
- Reconocer y aceptar el miedo: como siempre, este es el primer paso. Identificar qué nos da miedo, cuándo y cómo se manifiesta, cómo nos afecta y tratar de comprender su origen es una importante herramienta para empezar a desmontar los miedos.
- Cuestionar y modificar los pensamientos negativos: muchos de nuestros miedos se originan en los pensamientos negativos. Especialmente los pensamientos negativos anticipatorio, es decir, pensar que nos va a pasar lo peor, o que las cosas van a salir mal. Poner en duda nuestra negatividad es de gran ayuda para desmontar los miedos.
- Exponerse gradualmente a la situación temida: por ejemplo, si nos da miedo nadar lo mejor es ir a clases de natación y poco a poco perder el temor al agua.
- Usar técnicas de relajación: las técnicas de relajación y el manejo de la respiración pueden ayudar a controlar la situación interna que genera el miedo.
- Buscar apoyo: animarse a hablar de lo que se siente. No sentirse avergonzado por los miedos que sentimos. Contar con el respaldo de familiares, amigos o profesionales es fundamental