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Las autolesiones en niños y adolescentes plantean un tema serio de salud, y suele ser difícil de abordar. La tendencia a lastimarse es cada vez más frecuente entre los adolescentes en diferentes partes del mundo. Tanto los profesionales de la salud, como los padres y educadores buscan herramientas para comprender y para ayudar a los adolescentes con estas dificultades.

Según algunos indicadores, estas conductas suelen comenzar entre los 11 y los 15 años, y alcanzan su punto máximo entre los 15 y los 16 años.

Sin embargo, aunque no es frecuente, algunos estudios indican que niños de 5 años han tenido conductas de autolesiones no suicidas.

Así mismo, un estudio realizado en el año 2012 sostiene que entre el 5 y el 19% de los estudiantes de secundaria en Estados Unidos se han autolesionado. 

Ante esta conducta los padres se sienten abrumados, confundidos, asustados, y no saben cómo proceder. ¿Por qué mi hijo se lastima? ¿Es mi culpa? ¿Qué hice mal? ¿Cómo puedo ayudarlo? Son algunas de las preguntas que angustian a los papás y mamás.

En este artículo veremos algunos puntos básicos para intentar ayudar a entender este problema.

¿Qué es la autolesión no suicida?

La autolesión no suicida es cualquier conducta en la que las personas se hacen daño a sí mismas de manera intencional, pero sin la intención de matarse.

De este modo, cualquier acto o forma de lastimarse o infringirse un daño corporal es una autolesión.

Los especialistas indican que cualquier zona del cuerpo puede ser objeto de autolesión. Pero los brazos, las piernas, el pecho y el abdomen son las zonas más frecuentes de autolesión.

¿Cuáles son las más formas frecuentes de autolesión?

Los adolescentes y niños pueden auto dañarse de muchas maneras. Sin embargo, las más frecuentes son:  

  • Cortarse, rasparse o pincharse con un objeto punzante.
  • Quemarse con fósforos, cigarrillos o con objetos punzantes calientes, como cuchillos.
  • Morderse, golpearse la cabeza.
  • Golpear objetos, paredes o muebles hasta sangrar.
  • Interferir con la cicatrización de heridas.

Señales de alerta

Estas señales pueden indicar que tu hijo o hija se está autolesionando. Si notas algunos de estos signos  trata de hablar con él y busca ayuda profesional.  

  • Tu hijo o hija tiene cicatrices o marcas inexplicables.
  • Tiene cortes, arañazos, moretones, mordeduras u otras heridas recientes.
  • Frota de manera excesiva una zona de su cuerpo
  • Usa mangas o pantalones largos, incluso cuando hace calor.
  • Oculta su cuerpo.
  • Inventa excusas si le preguntas por alguna marca en su cuerpo.
  • Tiene dificultades para relacionarse con los demás.
  • Presenta conductas impulsivas, intensas e inesperadas.
  • Habla contantemente de impotencia, desesperanza o de pensamientos oscuros.
  • Si notas que los suministros de primeros auxilios en tu botiquín se agotan con una velocidad mayor a la habitual.
  • Si encuentras sangre en su ropa.

Factores de riesgo

Estos son algunos de los factores que pueden incrementar el riesgo de autolesiones

  1. Tener amigos que se autolesionan: Tener amigos que autolesionan puede aumentar el riego de que una persona comience a hacerlo.
  2. Problemas en la vida no resueltos: Haber pasado por situaciones de descuido, abuso emocional, físico o sexual pueden incrementar el riesgo de autolesiones. También, los jóvenes que se cuestionan la identidad personal o sexual pueden tener mayor riesgo de autolesionarse.
  3. Tener problemas de salud mental: Las autolesiones suelen vincularse con determinadas enfermedades de salud mental, como trastorno límite de la personalidad, depresión, trastornos de ansiedad, trastorno por estrés postraumático y trastornos alimentarios.
  4. Consumo de alcohol o de drogas ilícitas: El consumo de alcohol o de drogas ilícitas puede aumentar el riesgo de autolesiones.

¿Qué hacer?

Si tienes sospechas que tu hijo se está autolesionando es necesario que intervengas. ¿Cómo? Intenta conversar. Lo primero es tratar de abrir la comunicación con tu hijo. No es fácil, pero es un paso necesario para poder ayudarlo.

Pregúntale de forma directa si se está autolesionando. Lo más probable es que no quiera hablar al respecto.  Tienes que encontrar el modo de abordar el tema. Y de asegurarles que juntos van a encontrar una solución a sus problemas.

Algunos consejos para hablar con tu hijo sobre las autolesiones:

  • Dedica tiempo de calidad a hablar con tu hijo o hija.
  • No lo juzgues.
  • Intenta no reaccionar alarmado, histérico o enfadado.
  • Haz que se sienta cuidado.
  • Transmítele tu apoyo y seguridad.
  • Asegúrale que estás ahí para él o ella y que hay muchos recursos a su disposición.
  • Ponte de su lado.
  • Buscar ayuda profesional.
  • Sé positivo.

Recuerda

La mejor manera de ayudar a tu hijo a dejar de autolesionarse es ayudarlo a enfrentar los problemas emocionales que lo llevan a actuar de ese modo.

Es importante que tu hijo reciba ayuda profesional. Habla con su pediatra o con un profesional de la salud para que te oriente.

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